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Thursday, June 5, 2008

Tres tazas diarias de té para prevenir la aterosclerosis

Un ensayo publicado en "Archives of Internal Medicine" confirma en humanos que el té previene la patología coronaria.

“El té es la medicina milagrosa para el mantenimiento de la salud. Tiene el extraordinario poder de prolongar la vida". Este pensamiento forma parte del libro "Mantener la salud bebiendo té", escrito en el año 1211. A la vista de los resultados de varias investigaciones, al monje budista que escribió esta obra no le falta razón.

El último trabajo sobre las bondades de esta bebida se ha publicado recientemente en Archives of Internal Medicine y ha confirmado en humanos un hecho que ya se ha observado en ratones: beber té de forma habitual ayuda a prevenir la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias y formación de depósitos de lípidos en sus paredes), uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.

Los encargados del ensayo, científicos del Departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Universidad de Rotterdam (Holanda), reclutaron a los participantes del Rotterdam Study, un trabajo epidemiológico que cuenta con 7.983 habitantes de esta ciudad holandesa.

Todos ellos fueron entrevistados en sus hogares por un experto en nutrición, que les hizo preguntas referentes a sus hábitos alimenticios, estilo de vida, historial médico y que registró otros parámetros como la edad, el índice de masa corporal, el consumo de tabaco y alcohol y la práctica de ejercicio físico. Según sus respuestas en lo referente al consumo de té, los participantes fueron clasificados en cuatro categorías (desde los que no lo probaban hasta los que tomaban más de cuatro tazas diarias).

Además, los participantes acudieron regularmente al centro donde se estaba elaborando el ensayo para someterse a un chequeo médico y recibir asesoramiento dietético. Al cabo de los dos años de seguimiento, los autores observaron que los individuos con aterosclerosis severa eran los que tomaban menos cantidad de té. De hecho, los que consumían una o dos tazas al día tenían un 46% menos de posibilidades de que se formaran depósitos de grasa en sus arterias.

Además, el beneficio del té resultó ser acumulativo, es decir, en los que tomaban cuatro tazas diarias, el riesgo de aterosclerosis descendía un 69%.

Finalmente, los científicos observaron que las mujeres resultaron ser las más favorecidas por el té. Por otra parte, acompañar esta bebida con azúcar, limón, leche o miel no afectaba a las cualidades protectoras del té sobre las arterias.
Según los investigadores holandeses, las sustancias responsables de que el té prevenga la aterosclerosis son los flavonoides.

Estos elementos químicos vegetales impiden la oxidación de los lípidos en las arterias y la formación de placas que pueden obstruir el flujo sanguíneo. Debido a este extraordinario efecto antioxidante, los flavonoides se han convertido en los grandes protagonistas de las investigaciones acerca de la repercusión de determinados alimentos en la salud.

Desde que Albert Szent-Györgyi aislara los primeros en 1930, se han identificado más de 4.000 flavonoides y los científicos piensan que aún quedan muchos más por reconocer. Esas sustancias son responsables de los colores brillantes de la mayoría de frutas y verduras, así como de la sensación de aspereza que provoca el vino en el paladar. Además, ayudan a eliminar el exceso de radicales libres (elementos que dañan las células) y se ha comprobado que impiden la agregación plaquetaria, los que previene la formación de trombos en las arterias.

Para obtener flavonoides de la dieta hay que comer sobre todo, muchas frutas y verduras. Otros alimentos que los contienen son el té, el coco, la cerveza, el vino tinto, el mosto de uvas negras y la soya y sus derivados (tofu, miso, leche de soya...).

Las propiedades antitumorales del té verde

El trabajo publicado por Archives of Internal Medicine se ha hecho con té negro, la variedad que más se consume en América y en Europa. Sin embargo, también se están realizando estudios con el té verde debido a sus posibles propiedades antivirales, antibacterianas y, sobre todo, antitumorales.

Un ensayo publicado en Nature hace dos años desveló que el té verde impedía el desarrollo de tumores en ratones. Según los investigadores de la Facultad de Medicina de Ohio (EEUU), las catequinas de esta bebida (una clase de flavonoides que se usan como astringentes para controlar la diarrea) inhiben un enzima, la uroquinasa, fundamental para que el tumor se extienda y provoque metástasis. Además, comprobaron que estas sustancias químicas no provocaban efectos secundarios dañinos, lo que permitiría administrarlas en grandes dosis sin prejudicar al enfermo.

Por otra parte, un trabajo más reciente, también publicado en Nature y realizado por científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), comprobó (también en ratones) que las catequinas ralentizan la angiogénesis, el proceso por el que el tumor genera nuevos vasos sanguíneos para nutrirse y crecer.

Finalmente, otros ensayos han observado que el té verde previene otros tumores gástricos, como los de estómago, esófago y boca. De hecho, la población japonesa, cuyos habitantes llegan a tomar hasta seis tazas de esta clase de té al día, tiene una incidencia de estos tipos de cáncer prácticamente insignificante. Incluso se ha especulado con la idea de que las catequinas también protejan contra el carcinoma pulmonar.

Los que suscriben esta hipótesis se apoyan en un dato: Japón tiene una de las tasas más altas de fumadores y, sin embargo, su incidencia de cáncer de pulmón es una de las más bajas del mundo desarrollado.

Fuente http://www.colombia.com/

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